Entrada: Semillero PIA Armónicos
Pie de foto: Semillero Creativo PIA Armónicos.

Semillero PIA Armónicos

La primera vez que estuve en el Complejo Cultural Los Pinos como docente del Semillero PIA Armónicos estaba lleno de expectativas y emociones. El majestuoso edificio rodeado de jardines exuberantes era un testimonio de la rica historia y cultura de México.

Esperaba encontrarme con un grupo de estudiantes entusiastas y ansiosos por aprender. Imaginé una interacción llena de curiosidad y preguntas desafiantes que me empujarían a profundizar en mi conocimiento y habilidades de enseñanza.  Antes de llegar, sentí una mezcla de emoción y nerviosismo. Estaba ansioso por compartir mis conocimientos y al mismo tiempo me preguntaba cómo sería la experiencia.

Mis expectativas se cumplieron cuando me encontré con el grupo. Sus ojos brillaban con curiosidad. Las preguntas desafiantes que hicieron durante la clase demostraron su interés y me empujaron a profundizar en mi conocimiento.

Al interactuar con ellas y ellos sentí una gran satisfacción. Ver su curiosidad por aprender me llenó de alegría y reafirmó mi vocación como docente.

Esa primera vez también tuve la oportunidad de interactuar con otros docentes y personal del complejo. Las discusiones enriquecedoras sobre métodos de enseñanza y el intercambio de ideas fueron muy valiosos. La colaboración me ayudó a mejorar la experiencia de aprendizaje de mis estudiantes. Me sentí parte de una comunidad de educadores dedicados a la enseñanza.

Al final del día, me sentí orgulloso de mi trabajo. Sabía que había hecho una diferencia en la vida de quienes llegaron al Semillero y eso me llenó de un profundo sentido de logro.

Con el tiempo, aprendí a ser más paciente y empático. Trabajar con personas con trastornos del neurodesarrollo me enseñó a entender y apreciar sus desafíos únicos y a adaptar mis métodos de enseñanza para satisfacer sus necesidades.

Aprendí nuevas formas de comunicación. Cada persona tiene su propio estilo de aprendizaje. Tuve que aprender y adaptar diferentes métodos de comunicación para asegurar que cada alumno pudiera seguir las lecciones.

Aprendí a ser más creativo en mis métodos de enseñanza porque los métodos tradicionales no siempre funcionan para todas y todos, por lo que tuve que pensar fuera de la caja, y encontrar formas innovadoras de enseñar y mantener su compromiso.

También aprendí sobre la resiliencia, tanto de mis alumnas y alumnos como la mía. A pesar de los desafíos, ellas y ellos se esforzaron por aprender y mejorar. Esto me inspiró a ser resiliente y a buscar constantemente formas de mejorar la enseñanza.

En general, mi experiencia en el Complejo Cultural Los Pinos como docente de Semillero PIA Armónicos para personas con trastornos del neurodesarrollo fue una oportunidad de aprendizaje invaluable. Me enseñó a ser un mejor educador y a apreciar la diversidad de los estilos de aprendizaje que hay en quienes asisten. Cada día fue un desafío, pero también una oportunidad para crecer y aprender.

Carlos Isaac López García, docente del Semillero PIA Armónicos