El Convite cultural Miradas desde la montaña y la protección del medio ambiente
Es el segundo año del Convite cultural Miradas desde la montaña. Un grupo de niñas, niños, mujeres y hombres de diferentes edades se reúne en el salón de usos múltiples de la colonia Maya, un espacio ubicado al pie de una montaña en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
En la entrada del salón, un cartel expone una pregunta que parece darle sentido a todos los encuentros que ahí se realizan: “¿Qué mundo quieres construir?”. Dos posibles respuestas aparecen debajo de la pregunta: “Paz” y “Destrucción”. La primera señala el camino hacia el salón de usos múltiples; la segunda parece apuntar hacia la zona en la que están construidos los proyectos de urbanización que afectan a la colonia.
En esta ocasión, Laila Yunes, bióloga y agente cultural del Convite, ha invitado al mastozoólogo Guillermo Ríos Alonso, un joven especialista en mamíferos. A la sesión también han llevado a Citlali, estudiante de biología, y Elías, egresado de biología marina. El objetivo de la jornada es aprender sobre las “cámaras trampa”, una herramienta para el monitoreo y registro de mamíferos.
Martín, defensor de la montaña, transmite la sesión a través de la página de Facebook que la colonia Maya tiene para organizarse. "¿Por qué es importante cuidar a los animales?", pregunta con la intención de sensibilizar a la gente que mira a través de la plataforma virtual.
“Primero debemos respetarlos por el simple hecho de que existen”, responde Citlali, y añade: “También porque son muy buenos dispersores de semillas, nos ayudan a conservar los bosques y son controladores de plagas. Por ejemplo, los tlacuaches se comen a los alacranes, algunas serpientes, a los coralillos”.
Elías continúa: “A veces vemos un tlacuache y decimos: está feo. Y lo matamos. Pero no sabemos la importancia que tiene ese animalito. Gracias al tlacuache existen las vacunas. Un 'tlacuachito' puede aguantar hasta 70 mordeduras de cascabel, de corales... Y gracias a eso, se hacen los antídotos contra picaduras.”
Elías también explica que con el monitoreo de los animales que habitan la reserva ecológica de la montaña podría saberse si hay animales en peligro de extinción y, de ser necesario, poner un amparo contra los constantes proyectos que la amenazan: un fraccionamiento y una carretera.
Para la siguiente sesión, el grupo que se ha reunido en torno al Convite explora una aplicación de celular llamada “Naturalista”, una herramienta digital que permite crear un archivo sobre flora, fauna y funga con ayuda de fotografías que pueden ser tomadas desde el celular. La intención es poder reconocer las especies que habitan cerca de las casas de la colonia y la montaña. Al tomar la fotografía, el usuario recibe la información de la especie en cuestión y puede crear un archivo digital sobre sus hallazgos.
Diego Manzano, encargado de explicar el uso de la plataforma, subraya que un archivo de esta naturaleza también podría contribuir a proteger la montaña de los proyectos que la amenazan. Podría argumentarse, por ejemplo, que en la colonia y la montaña aún existen especies como el armadillo que han desaparecido en otros ejidos aledaños.
En este segundo año del Convite cultural Miradas desde la montaña, las actividades bioculturales que están programadas apuntan a dos direcciones. Por un lado, a difundir el conocimiento necesario sobre la naturaleza para entender la importancia de su cuidado y por otro, dotar de herramientas que, en algún momento, puedan apoyar en la protección del medio ambiente que sostienen las y los habitantes de la colonia Maya.
Una historia que comenzó desde 2016 cuando la colonia se vio afectada por una inundación y tuvo que organizarse para que los daños fueran reparados. Fue a partir del encuentro con colectivos organizados en la defensa del territorio, que vecinas y vecinos aprendieron sobre la importancia de los humedales, las reservas ecológicas y la necesidad de defenderlos para el bien común.
A partir de ese momento, se convirtieron en una colonia organizada que supo hacer frente a diversos proyectos que afectaban su entorno. Por ejemplo, la instalación de telefonía celular en una zona que no estaba regulada, el asentamiento de cantinas o la construcción de fraccionamientos y gasolineras.
Las formas en las que los pueblos y las colonias organizados defienden su territorio son tan vastas como los territorios mismos. La colonia Maya ha decidido apostar por tejer todas las alianzas posibles: el Convite cultural es una de ellas.
En el primer año del Convite, la colonia Maya vio en sus actividades una oportunidad de reunirse y traducir todos esos aprendizajes de organización en lenguajes creativos: el literario y el audiovisual. Una vez que concluyó el primer ciclo, tanto agentes culturales como habitantes pudieron explorar inquietudes más profundas como fortalecer la defensa del medio ambiente desde las actividades culturales y artísticas.
La propuesta del Convite cultural fue la de realizar actividades muy cercanas a la divulgación científica para que las y los habitantes de la colonia Maya puedan argumentar aquello que es una convicción: la naturaleza, y todo lo que la rodea, también forma parte vital de su comunidad. Entenderla y reapropiarse de ella implica hacer largas caminatas en la montaña, donde lo mismo aparece la mirada poética que la científica. Al final de las 16 jornadas que dura el Convite, se pretende haber creado un sendero ecológico, un catálogo biocultural y una serie de cápsulas sonoras.
Miradas desde la montaña es un Convite cultural que responde a las necesidades de una amplia comunidad que abarca, también, a las diversas especies que habitan la montaña. Un ejemplo sobre cómo el arte y la cultura pueden apoyar la tan necesaria protección del medio ambiente.