Entrada: El encuentro con lo inesperado
Pie de foto: Semillero Creativo de Fotografía en Villa de Mitla, Oaxaca, 2023.

El encuentro con lo inesperado

Cuando Alan se unió como docente de fotografía al Semillero Creativo en San Pablo Villa de Mitla, Oaxaca, su presencia en dicha comunidad marcó la continuación de un proyecto que había comenzado cuatro años atrás. 

En 2015, Alan llegó a esta comunidad para enseñar fotografía como parte del programa Colectivos Comunitarios, una iniciativa impulsada por el programa Cultura en Armonía, bajo la dirección de Alejandra Frausto Guerrero, nuestra actual secretaria de Cultura y quien en aquel entonces se desempeñaba como directora general de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas.

Él vivía a una hora y media de aquel lugar. Se sentía nervioso por estar frente a un grupo de niños entre 6 y 12 años de edad. Las madres le aconsejaron: “Maestro, flojito y cooperando: los niños le van a enseñar”. Y así fue. A través de sus ojos, Alan recorrió aquel “valle de muertos”, conoció sus espacios y festividades más importantes, al mismo tiempo que niñas, niños y jóvenes aprendían principios básicos de fotografía.

Con la creación de los Semilleros Creativos, se retomó la labor que Alan había desempeñado en Colectivos Comunitarios, aunque ahora desde una perspectiva renovada. Fue en este contexto que llegó a comprender que la enseñanza de la fotografía, entre otros objetivos, debía ayudar a niñas, niños y jóvenes a asumirse como agentes culturales y de transformación en sus territorios. La experiencia adquirida en San Pablo Villa de Mitla motivó al docente a proponer un Semillero más para su propia comunidad en Villa de Zaachila. 

Fue así como en 2019 ambos Semilleros abrieron sus puertas y otras niñas, niños y jóvenes se sumaron a esta nueva etapa en la que su mirada, el trabajo colectivo y en comunidad eran los ejes de las actividades. En poco más de medio año, niñas, niños y jóvenes de Mitla, expresaban lo siguiente:

“Tomamos fotos porque nos gusta,

porque es interesante.

Tomamos fotos a lo que nos llama la atención

a algo que conocemos.

Tomamos fotos 

y algo se refleja en las personas.

Tomamos fotos para guardar momentos

contar historias,

para tener una foto en la casa, guardarla

y recordar que fuimos.

Para recordar los tiempos.

Una foto habla mucho, refleja.

Cuando tomas una foto sientes bonito,

felicidad.

Hay varias maneras de tomar una foto,

muchos pasos para hacerlo bien técnicamente

como buscar un ángulo, las texturas, la luz

pero creo que lo importante a veces solo sucede

porque a veces tomo la cámara, doy un disparo

y sale bonita.

La foto también debe tener eso,

algo que te guste.

A veces busco un ángulo con un sentimiento.

Si vas a tomar una fotografía, lo más importante

es saber a quién le vas a tomar la foto.”

El sentido de la fotografía en la vida de niñas, niños y jóvenes que conformaban el Semillero era claro, poético, contundente. La fotografía era el medio que abría posibilidades para vincularse con sus emociones y su propia historia y las de los otros. 

Entre las voces que tejieron ese texto en noviembre de 2019 se encontraba la de Ángel, quien por entonces era un adolescente de 14 años al que le gustaba reflexionar sobre Mitla, el arte textil, la fotografía y la herencia de Francisco Toledo. Para finales de ese año, Ángel había logrado comprarse una cámara fotográfica con ayuda de sus padres y, orgulloso, comenzaba a trazar su propio camino.

Ángel ha acompañado al Semillero durante estos años y ahora, a sus casi 18 años, se reconoce como fotógrafo. En Mitla, además de apoyar en el negocio familiar dedicado a los textiles, ofrece sus servicios como fotógrafo y registra, a través de su lente, fiestas, festividades y eventos importantes para las personas de su comunidad.

El año pasado, Getsemani y Cielo, hermanas que han acompañado desde el inicio al Semillero, dedicaron todo un mes a registrar fotográficamente las prácticas tradicionales de textiles de San Pablo Villa de Mitla, en el que incluyeron a su propia familia que se dedica a la elaboración de textiles en telar de pedal y en máquinas industriales. Una manera de preservar la historia familiar y comunitaria a través de la lente.

También otras vocaciones se han despertado en los Semilleros de Mitla y Zaachila a lo largo de estos años. Valeria llegó en 2019 al Semillero Creativo de Zaachila. “Me metí porque quería pasar tiempo con mi sobrina y hacer algo juntas”, dijo al presentarse junto a Meztli, una de las integrantes más pequeñas. Después Valeria llevó a su prima, a su novio, a su vecina... En parte, el gran número de asistentes de ese Semillero se debía a esa joven que no había dudado en compartir su entusiasmo con las personas de su comunidad.

Al ver esa habilidad para la promoción cultural, Alan le propuso postularse a Jóvenes Construyendo el Futuro, el programa del bienestar creado en este sexenio para que jóvenes como ella se inicien en el mundo laboral. Durante todo un año, Valeria pudo asistir al Semillero con el objetivo de adquirir experiencia en el trabajo artístico, cultural y comunitario. Cuando ella concluyó el año, Alan no dudó en recomendarla como promotora cultural de Semilleros Creativos.

Actualmente, Valeria es la promotora del Semillero Creativo de Fotografía en Zaachila y ha logrado entusiasmar a otras niñas, niños y jóvenes para que continúen o formen parte de este proyecto. Ellas y ellos durante estos años han incursionado también en otras artes como el video, la pintura, el grabado, la gráfica y la poesía para vincularse con las personas de su comunidad y descubrir algo de sí mismos.

Para comprender las aportaciones de un programa como Cultura Comunitaria es necesario contar historias con nombre y apellido. La trayectoria de jóvenes como Ángel, Getsemani, Cielo, Valeria y otras niñas y niños que continúan en Semilleros Creativos son apenas una muestra de aquello que puede germinar de manera individual, porque las comunidades están formadas por personas. Los Semilleros son espacios donde ellas y ellos pueden explorar otras formas de imaginarse, tanto en el presente como en el futuro, y de explorar posibilidades inesperadas en lo individual y en lo colectivo.