Entrada: Encuentros de Semilleros: una experiencia llena de aprendizaje
Pie de foto: Semillero Creativo de Títeres y Fotografía en Tepotzotlán, Estado de México.

Encuentros de Semilleros: una experiencia llena de aprendizaje

En octubre de 2022 los Semilleros Creativos del país se organizaron para realizar “Tengo un sueño en los estados”. Este evento permitió que niñas, niños y jóvenes de una misma región compartieran sus procesos creativos y de reflexión desarrollados a lo largo del año. Esto significó una oportunidad para intercambiar puntos de vista, experiencias, similitudes y diferencias con relación al arte y al territorio que habitan.

En el caso de “Tengo un sueño en Estado de México”, los Semilleros Creativos realizaron dos grandes eventos: el primero en el municipio de Tecámac y el segundo en la estación del metro La Raza. Esta última se pobló de una mirada artística en torno al racismo, clasismo y pigmentocracia en la exposición “Somos la misma raíz”.

Para las y los 15 participantes del Semillero Creativo de Títeres y Fotografía en Tepotzotlán –que van de los 4 a los 13 años– su primera participación supuso todo un reto. Su espacio se había inaugurado apenas en agosto de ese mismo año y presentarse en un evento tan grande donde estarían Semilleros con mayor experiencia significaba una responsabilidad muy grande. Ellas y ellos se encargaron de montar una obra de teatro para la primera jornada.

Después de este encuentro, quedaron impresionados con las presentaciones de otros Semilleros, como el de Chimalhuacán, que manejaba de forma diferente los títeres y cuyos años de práctica eran evidentes. Conocer a otras niñas y niños que se dedicaban a diferentes artes también los inspiró: ¿Ellas y ellos, como sus compañeros de otros municipios, podrían ser parte de Tengo un sueño 2023 en el Auditorio Nacional?

Esta primera jornada los había motivado a continuar con el trabajo constante y a esforzarse por hacerlo mejor y, posteriormente, realizar entre todos la pastorela que daría cierre a la exposición en el Metro de la Ciudad de México.

En esa pastorela estaban presentes, por un lado, el aprendizaje de esa primera experiencia que significó conocer el trabajo de los demás Semilleros y por otro, la de pisar un gran escenario por primera vez. Pero, sobre todo, estaba ahí la metodología que le da sentido al trabajo de todos los Semilleros Creativos: la que une el diálogo, la reflexión, la creatividad y la solidaridad a través de las creaciones artísticas que se realizan.

En tres meses, habían aprendido a trabajar colectivamente en cada detalle: durante una Asamblea habían decidido qué personajes representarían y las líneas generales de la pastorela que querían contar. Después de algunos desacuerdos, habían decidido qué ideas desarrollarían y cómo las transmitirían a través de diálogos. Como grupo, se habían apoyado para realizar sus propios vestuarios.  Y también integraron a quienes los acompañaban: fue así como un pequeño bebé de 7 meses participó en escena, pues, consideraron, ya era parte del Semillero.

Con orgullo, el Semillero Creativo de Tepotzotlán se reunió para mostrar su pastorela. Sus madres colaboraron con la organización para que todo estuviera listo: mientras una estaba pendiente, otra veía los vestuarios y otra apoyaba con peinados y maquillajes, algunas más ayudaban con el cuidado de los más pequeños. Para quien observara desde fuera, aquella comunidad que abarcaba diversas generaciones podía tratarse de un grupo que ya llevaba mucho tiempo trabajando junto.

Luz, la docente a cargo del Semillero Creativo  de Títeres y Fotografía en Tepotzotlán, atribuía esa cohesión a la forma en que se regulaban los conflictos, a la disposición de cada integrante y de las madres a motivar a sus hijas e hijos. Aquella tarde en el metro, niñas, niños y jóvenes hablaban con entusiasmo de las cosas que habían logrado y aprendido en tan poco tiempo, pero, sobre todo, según las palabras de Lilian, una joven participante de 13 años, estaban agradecidos por tener “un espacio donde compartir ideas con los demás”. El Semillero significaba una oportunidad de encontrarse con nuevos amigos, de invitar a otros y de disfrutar el trabajo derivado del diálogo.

La respuesta frente a la creación de este espacio reflejaba que, en Cañada de Cisneros, localidad donde está el Semillero, hacía falta un proyecto así: un lugar donde reunirse a aprender actividades artísticas de manera gratuita y donde la voz de los más pequeños fuera escuchada. 

Durante este año, a la par de encuentros estatales entre Semilleros, niñas, niños y jóvenes se prepararon para ser seleccionados en el Magno evento de Cultura Comunitaria Tengo un sueño 2023. El Semillero Creativo de Teatro y Títeres en Tepotzotlán ha cumplido su deseo, con base en trabajo, esfuerzo, disciplina y pasión: este año estará presente en el Auditorio Nacional.

Quienes nos han acompañado año con año en Tengo un sueño pueden reconocer los avances técnicos y artísticos que se han desarrollado, pero, principalmente, son testigos de algo más importante que se gesta de manera profunda y sutil: una forma de entender la mediación del arte para fortalecer relaciones comunitarias y de cuidado en distintas generaciones. Un zurcido fino en lugares donde estas relaciones armónicas necesitan ser cultivadas y un tejido fuerte donde siempre ha estado presente el deseo de construir comunidad, identidad y paz.

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