Entrada: Las redes que las mujeres tejen en los Convites culturales
Pie de foto: Convite cultural Las alas del colibrí, Acapulco de Juárez, Guerrero.

Las redes que las mujeres tejen en los Convites culturales

Al Convite cultural llevado a cabo desde 2022 en el parque del fraccionamiento en Cola de Ballena, La Paz, Baja California Sur, y que este año lleva por nombre Sembrando sueños en mi comunidad, llegaban principalmente niñas y niños que salían a jugar. Sus madres y abuelas se integraron después de comprender que las actividades también estaban dirigidas a ellas. Dibujar y pintar por las tardes se convirtió en un ejercicio que les permitió, por un lado, afirmar el talento que tenían y, por otro, dedicar un tiempo a conversar y conocerse. Aunque eran vecinas, la ubicación del fraccionamiento a la salida del municipio a las faldas del cerro, la ausencia de programas públicos y la inseguridad de la zona dificultaban la creación de redes comunitarias. 

En 2023 el equipo en territorio decidió acercarse al Instituto de la Mujer (Inmujer) para acompañar las necesidades, intereses y problemáticas de madres y abuelas que además de participar en el Convite se dedicaban al cuidado, las tareas del hogar y, en varios casos, al trabajo. La colaboración dio lugar al conversatorio Diálogo de mujeres sabias, donde a través del bordado exploraron temas como reproducción: trabajo, parto, crianza, cuidados; mujeres creadoras y saberes ancestrales; toma de decisiones (liderazgos); y cuerpo y erotismo (percepción de su realidad). Estas temáticas se retomaron durante el desarrollo del Convite y contribuyeron a la creación de ese espacio que las integrantes han nombrado como “terapéutico”, pues tener un lugar donde expresar y compartir sus emociones e inquietudes les resultó liberador. Posteriormente, Inmujer brindó herramientas de empoderamiento económico. A partir de actividades creativas como bisutería, bordado y tejido a crochet, las mujeres del Convite podían fortalecer sus habilidades y generar ingresos económicos.

Este proceso permitió que cada una de ellas reconociera aquello que las distingue y aquello que pueden aportar a las comunidades que pertenecen. En el caso del Convite, por ejemplo, Águeda participó como agente cultural para enseñar bisutería y, tras concluir su participación, motivó a otras mujeres para que continuaran asistiendo; Amalia propuso las manualidades que podían aprender; Cinthia compartió su amor por la cocina preparando guisos en reuniones especiales; y Mirna hizo lo necesario para atender a su nieta con síndrome de Guillain-Barré, una afección que impacta en la capacidad de movimiento, y para continuar asistiendo las actividades. Para Mirna, estos encuentros han sido una motivación, y su nieta, quien en ocasiones ha sido hospitalizada, continúa yendo al Convite e incluso baila.

A nivel comunitario, las mujeres que han formado parte del Convite cultural en Cola de Ballena han reconocido su agencia y su fuerza de organización. Por tal motivo, además de asistir los jueves a las actividades del programa, se reúnen otros días para fortalecer su convivencia.

Algunas de ellas han asumido el liderazgo para dar seguimiento a los problemas de inseguridad de la zona: se encargan de conversar con las autoridades como la Dirección de Prevención del Delito y Justicia Cívica o el programa Vecinos Vigilantes, Predel, para la observancia de Bienestar Vecinal. Otras integrantes del Convite continúan haciendo actividades para tejer lazos afectivos en el parque. Por ejemplo, hace unas semanas elaboraron piñatas para festejar el Día de la niñez mexicana. Todas estas acciones son demostraciones de la organización y la fuerza del cuidado que sostienen las mujeres. Sobre todo, es un ejemplo de cómo, al crear redes, tienen un mayor impacto en la vida personal y colectiva.

 

*

En el año 2023 en Acapulco de Juárez, Guerrero, ocurrió un proceso muy parecido en el Convite cultural Ndixín ndio’o, Las alas del colibrí. Las madres de niñas y niños que asistían al Convite se integraron paulatinamente motivadas porque, de manera colectiva, ellas decidían qué actividades se llevarían a cabo durante las jornadas.

Lo primero que quisieron aprender fue la elaboración de bolsas artesanales, flores, guirnaldas y cortinas de papel picado. Cosas que se utilizan constantemente en las celebraciones importantes de la comunidad: el Día de Muertos, las fiestas patronales o festejos familiares, por ejemplo. Así, el dinero que destinaban a comprar decoración lo usaban solo en materiales. Algunas empezaron a vender sus propias creaciones de papel picado para obtener algunos ingresos. Un gesto significativo considerando que la mayoría de las mujeres que asistía al Convite se dedicaban al cuidado del hogar: labor no remunerada económicamente fundamental para la economía y el sostén familiar.

Su trabajo artesanal sirvió también para hablar y descubrir las cosas en común. Aunque todas ellas vivían en la colonia Alborada 19, fue con la llegada del Convite que pudieron conocerse y organizarse para diferentes cosas: desde llegar juntas al punto de reunión hasta cocinar pozole de manera colectiva. Una red que acompañaba individualmente Araceli, psicóloga que colabora con la Estrategia Nacional de Prevención de Adicciones. Con este acompañamiento psicológico las mujeres podían hablar sobre sus problemáticas y emociones de manera privada; y adquirir herramientas que pudieran ayudar en su cotidianidad. Los efectos de esas conversaciones se transmitían a través del entusiasmo o compromiso durante las jornadas regulares y las asambleas de participación del Convite.

Para la Fiesta convitera, sus integrantes plantearon el deseo de realizar las piñatas que se romperían. El resultado fue tan importante para ellas que imaginaron abrir, de manera colectiva, un negocio de piñatas. Sin embargo, la llegada del huracán Otis, una semana después del cierre del Convite, transformó el panorama. Frente a la emergencia y el camino de recuperación hubo que postergar ese y muchos otros planes.

La sede del Convite cambió por causa de las afectaciones a la zona y muchas de las madres de Alborada 19 tuvieron que resolver y ocuparse de otras actividades, aunque de manera individual siguen practicando lo aprendido en 2023, con la idea de pronto retomar la convivencia.