Entrada: Semilleros Creativos para la primera infancia
Pie de foto: Semillero Creativo de Teatro para la primera infancia en Morelia, Michoacán, Tiempo de cosecha, 2023.

Semilleros Creativos para la primera infancia

"¿Entonces vienen a jugar? ¿Entonces vienen a divertirse?" Estas son las preguntas de un hombre de la tercera edad después de presenciar la Huella Comunitaria del Semillero Creativo de Teatro para la primera infancia en Morelia, Michoacán.

La respuesta para la docente Grecia Ávalos es clara. Efectivamente, se va al Semillero a jugar porque es su derecho, según lo establece la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes en el Capítulo Décimo Segundo, donde se describe el derecho al esparcimiento, al juego, a actividades artísticas y culturales propias de su edad.

En la Huella Comunitaria, que tiene la intención de tomar artísticamente el espacio público para exponer diversas reflexiones y aprendizajes dentro de los Semilleros, Grecia explica al público cómo adaptó un ejercicio de actuación según las edades de los participantes. Ver a bebés, niñas, niños, cuidadoras y cuidadores es un acto que, por sí mismo, invita a reflexionar sobre cuántos lugares existen en todo el país para cubrir las necesidades artísticas y culturales de los 0 a los 6 años de edad.

Para Grecia, egresada de la carrera de Teatro, esta inquietud la llevó a buscar cursos y talleres de profesionalización tanto en el interior de la república como internacionalmente. Si bien es un planteamiento que podría abordarse desde la práctica, estudiar de manera formal el desarrollo de la primera infancia permite trabajar desde referencias importantes, una de ellas es hacerlo en torno al vínculo del apego seguro. Un camino que, explica la docente, ayuda a que el ser humano crezca con un mejor desenvolvimiento, resguarde su integridad y dé seguridad.

Es por esta razón que las sesiones dentro del Semillero se llevan a cabo con la cuidadora o cuidador. No importa si se trata de una madre, un padre, una tía, un primo o una abuela. Lo significativo es que las estrategias sensoriales, de experiencia y juego por las que transita cada bebé, niño y niña pequeños estén acompañadas por quien cuida en ese momento. También, por despojarse de la mirada adulta, trabajar casi a nivel de piso y preguntarse qué es lo que necesita y observa un bebé de 3 meses o una niña de 4 años, por poner un ejemplo.

Trabajar en torno a la relación de quien cuida y es cuidado –en este caso, niños y niñas de primera infancia–, subraya Grecia, es apostar por un camino que verá sus resultados a largo plazo. La seguridad que sientan y la confianza que establezcan con sus cuidadores será vital para, en un futuro, enfrentar el mundo de manera pacífica.

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¿Cómo es que un bebé, un niño y una niña pequeños aprenden arte de manera cotidiana? ¿Para qué? El universo en la primera infancia parte, en principio, de lo sensorial y del descubrimiento del mundo. En el Semillero Creativo de Teatro para primera infancia, las sesiones se diseñan con actividades de expresión corporal, sensomotoras y espacios de juego libre. En estas, se exploran universos y temáticas acorde a sus intereses. Los animales marinos o del bosque hacen su aparición a partir de sonidos, gestos y atmósferas. Bebés, niñas y niños construyen un mundo a partir de sensaciones que se van entrelazando en cada sesión para llegar a un objetivo específico como, por ejemplo, explorar la forma de caminar para encontrar en un paso o una huella su propia singularidad.

Un trabajo valioso en tanto que, retomando las ideas de la pedagoga y escritora argentina María Emilia López en su artículo “Arte y juego en los niños. Metáforas del vivir", puede entenderse desde diversas aristas: por un lado, el acercamiento al arte en los primeros años de vida como una forma más de los cuidados de calidad que ofrecen las y los cuidadores, tan sustanciales como los cuidados vitales. Y por otro lado, el acercamiento al arte como un camino que abonará a entender y relacionarse con el mundo de manera distinta:

"La fantasía, el juego, el arte son los espacios donde es posible inventar y construir realidades alternativas; alternativas de las ya estructuradas desde un marco perceptivo que ha perdido potencia, por el solo hecho de la racionalización constante. En ese punto, la experiencia del arte hace más creativos a todos los que la viven, niños o adultos, y observamos también cómo los chicos que se educan en ámbitos flexibles, con tiempos prolongados de juego, habilitados para desplegar sus gestos espontáneos, con propuestas artísticas muy habituales, desarrollan más posibilidades inteligentes frente a la resolución de problemas de cualquier naturaleza.”

El arte, el juego, el impulso creador, nos dice la autora a lo largo de todo su artículo, son herramientas para afrontar la vida y también para cultivar el valor de esta desde los primeros meses o años.

Aunque la creación de espacios como los Semilleros Creativos para Primera Infancia es parte de los derechos humanos de bebés, niñas y niños pequeños, y los efectos en su vida son valiosos, el trabajo de sensibilización en la vida pública es igual de importante. Huellas comunitarias donde las personas se preguntan por qué existen lugares a donde niñas y niños solo van a jugar, o donde miran con asombro a bebés de 7 meses relacionándose con el teatro, demuestran que en el espacio público hay que seguir insistiendo por tejer una comunidad que abrace y entienda las necesidades en la primera infancia.

Porque la identidad colectiva, subraya Grecia, “se genera a partir de las actividades artísticas que estamos teniendo con ellas y con ellos. Les estamos brindando territorios que son suyos, que son parte de sus entornos y que tienen que apropiárselos”.