Entrada: Es tiempo de mujeres
Pie de foto: Tengo un sueño 2019.

Es tiempo de mujeres

Luz María, Agripina, Jacinta, Filomena, Chabela, Cruz, Guadalupe, Estrella, Alma, Amelia, Aracely: estos nombres son parte de las historias que poblarán la escena en el Magno evento de Cultura Comunitaria Tengo un sueño 2024; niñas, niños y jóvenes de diversas regiones del país esbozaron los relatos durante el Encuentro Nacional de Escritura y Literatura Creativa entre Semilleros Creativos en junio de este año. En colaboración con Nora Huerta, Cecilia Sotres, Erica Islas y Nadia López, escribieron sobre la vida de las mujeres de sus comunidades: hablar de lo local se transformó en una herramienta para subrayar que abuelas, madres, hermanas y amigas araron el camino para un mundo más equitativo y justo a través de sus gestos y acciones.

Una mirada que ha estado presente desde la primera emisión de Tengo un sueño 2019 donde niñas y jóvenes originarias de Oaxaca afirmaron en la escena: “las mujeres sí soñamos” como respuesta a los versos del poema Viento malo de Nadia López: “Mi padre dice que las mujeres no soñamos, / que aprenda de tortillas y café / que aprenda a guardar silencio”.

Mismo espectáculo en el que la niñez y las juventudes del Semillero Creativo de Artes escénicas en Tenancingo, Tlaxcala, cantaron Flor de río, cuya letra es una declaración de principios sobre el futuro que merecen las mujeres de nuestro país: "Cuando sea grande quiero ser doctora / abogada, arquitecta, astronauta o pintora / quizá futbolista o escritora / y todo lo que imagina ser una niña soñadora"; y que culminó con Alas a Malala de Arturo Márquez, composición que ha formado parte del repertorio en otras emisiones de Tengo un sueño y está inspirada en Malala: la joven y activista paquistaní que defiende el derecho de las mujeres a estudiar frente al régimen talibán que lo prohíbe.

Luego de una crisis como la que vivimos tras la pandemia de covid-19, Tengo un sueño 2021 abordó una escena interpretada por las jóvenes del Semillero Creativo de Artes escénicas en Monclova, Coahuila, sobre las diversas formas de cuidado que sostienen las abuelas y las madres en una sociedad como la nuestra. Ahí se expusieron los encuentros y desencuentros entre madres e hijas a través de una carta leída en voz alta donde, finalmente, se reconoció la labor que realizan las mujeres para cuidar y acompañar a otras.

Para la emisión de Tengo un sueño 2022 se montó un cuadro escénico a partir del poema ¡Me gritaron negra! de Victoria San Cruz, interpretado por niñas y jóvenes del Semillero Nacional de Danza y por la actriz Krhistina Giles; los versos se convirtieron en potentes ritmos capaces de reivindicar las raíces afrodescendientes de las mujeres de nuestro país.

Finalmente, en Tengo un sueño 2023 presenciamos dos acontecimientos importantes: la escena Manifiesto por la paz escrito por los Semilleros de lenguas originarias y una pieza de la ópera Carmen de Georges Bizet.

En el primer cuadro escénico fueron las niñas y las jóvenes quienes expusieron que la cultura de paz también involucra la perspectiva de género: “Mis ojos son de esperanza / vamos juntas a mirar / que todas volvamos a casa / que podamos vivir en paz”, dijeron en tsotsil las niñas de Chiapas. “Las mujeres queremos el mismo trato que los hombres reciben / ya queremos caminar solitas / y en cargos importantes mandar”, gritaron las jóvenes de Tlaxcala que hablan yuhmú. “Mi vestimenta no te da el derecho / de otras cosas pensar / No me hagas sentir miedo / pues tengo alas para volar”, expresaron en maya con firmeza las integrantes del Semillero Nacional de Lenguas Indígenas.

En el segundo número donde la cantante Morganna Love acompañó a la Orquesta Escuela Carlos Chávez, al Semillero Coro Nacional Comunitario y al Semillero Nacional de Danza para interpretar Habanera de la ópera de Bizet, se sentó un precedente importante: una mujer transexual cantó por primera vez en el Auditorio Nacional. De manera indirecta, ambas representaciones nos mostraron la potencia de llevar a la escena voces femeninas tan diversas entre sí.

En retrospectiva, al mirar estos cuadros escénicos que han sido parte de las anteriores emisiones, puede entenderse por qué este año el Magno evento de Cultura Comunitaria Tengo un sueño 2024 se dedicará a las historias de las mujeres que niñas, niños y jóvenes de Semilleros Creativos reconocen como predecesoras en la transformación que atestiguamos hoy. Si las niñas juegan libremente, las jóvenes pueden estudiar, tener espacios y agencia en la vida pública es gracias a un camino trazado por otras mujeres que nos acompañaron y animaron a soñar con el mundo que deseamos para nosotras.