Entrada: El diálogo como puente creador: testimonios de la niñez y las juventudes de Semilleros Creativos durante las Asambleas
Pie de foto: Foto: Semillero Creativo de Producción audiovisual en Mérida, Yucatán, Asamblea 2024.

El diálogo como puente creador: testimonios de la niñez y las juventudes de Semilleros Creativos durante las Asambleas

El derecho que la niñez y las juventudes tienen a opinar, a ser escuchadas y participar en la toma de decisiones son prácticas cotidianas de los Semilleros Creativos, y es de este modo que se vuelven más evidentes durante las Asambleas de participación infantil y juvenil.

En estas Asambleas, niñas, niños, jóvenes, docentes, y a veces también madres de familia, padres y miembros de la comunidad, tienen un espacio para el diálogo y construcción de soluciones colectivas a problemáticas y necesidades de su localidad, a través de sus prácticas artísticas y culturales.

Este año, durante las Asambleas de arranque, en los más de 400 Semilleros Creativos de todo el país se hizo un balance sobre lo que la niñez y las juventudes piensan, sienten y desean desde que se integraron a estos grupos.

Compartimos algunos de los testimonios:

"Para mí, [el Semillero] representa una familia. Es una distracción de mis problemas. Me gusta salir a tomar fotos, que me enseñen a ser más creativa, que las clases son graciosas".

Karla, 14 años, Semillero Creativo de Fotografía en Naucalpan de Juárez, Estado de México

 

“Sinceramente, no recuerdo cómo era mi vida antes del Semillero. Fue hace dos años, pero no recuerdo. Me ayudó a desenvolverme, se volvió mi lugar seguro. No solo porque quiero estudiar esto, pero me ayudó a ver qué hay detrás: desde preparar guion, producción. Me ayudó a hablar en público, exponer”.

Elia Gabriela, 17 años, Semillero Creativo de Radio en Guadalupe, Zacatecas

 

"[En el Semillero] siento amor con todos. Nostalgia por recordar cosas o familia. Me siento cool por ser una semilla. [Molesta] porque no me prestan las cosas rápido. Nerviosa por las cosas nuevas. Me emociono y me siento orgullosa".

Enola, 9 años, Semillero Creativo de Literatura en Vicente Guerrero, Durango

 

"A Semilleros Creativos yo me lo imagino ayudando a más personas, niños, jóvenes a expresarse, y apoyándolos más emocionalmente, artísticamente, disciplinadamente, a ser mejores personas y promoviendo la paz. Pero lo más importante: cada lugar de Semilleros con muchísimos más niños".

Valentina, 13 años, Semillero Creativo de Pintura en Angostura, Sinaloa

***

¿Para ti qué significa el Semillero?, ¿qué ha sido diferente o cómo ha cambiado tu vida al estar aquí?, ¿cómo te sientes cuando vienes?, ¿cómo te imaginas a Semilleros Creativos en un futuro?, fueron las preguntas que guiaron este encuentro para abrir un horizonte de voces que, reconocen, no son las mismas desde la llegada de los Semilleros a sus territorios.

En el Semillero Creativo de Circo en Juventino Rosas, Guanajuato, por ejemplo, de manera colectiva niñas, niños y jóvenes afirmaron: "El Semillero nos ha ayudado a desarrollarnos en la sociedad. Al practicar circo, nos da alegría". En este municipio donde la cultura y la violencia del narcotráfico están presentes, desarrollarse en la sociedad significa abrazar los valores que les transmite el circo social: la disciplina, la solidaridad, la confianza y la creación colectiva.

 A través de diferentes ejercicios como palabras clave, dibujos, grafitis, breves dramatizaciones en torno a la comunidad, etcétera, las niñas, niños y jóvenes del Semillero Creativo de Artes Escénicas en Héroes de Tecámac, Estado de México, concluyeron que estar en Semilleros es: "Escuchar la voz propia. Encontrar la voz colectiva". Niños como Omar de 10 años, y Juan Pablo de 7 años, compartieron su momento más feliz y aquello que ha cambiado de manera individual: para el primero, la mejor experiencia fue su estreno en el escenario; para el segundo, su gran transformación fue dejar de ser nervioso.

Las preguntas sobre el futuro de Semilleros Creativos en regiones como Zacatecas, Michoacán, Sinaloa o Ciudad de México llevaron a niñeces y juventudes a imaginar Semilleros y bibliotecas fuera del planeta en algunos años o la interacción con inteligencias artificiales; pero en lugares como el Semillero Creativo de Teatro en Actopan, Hidalgo, un futuro más inmediato significó la permanencia del programa en años posteriores, la formación de diversas generaciones en estos espacios y un mayor alcance en cuanto a infraestructura, inscripciones y número de Semilleros abiertos en la república.

Escuchar a toda una generación que es parte de Semilleros Creativos arroja también una serie de relatos en los que el ámbito escolar está marcado por la dificultad para socializar. El Semillero es para muchas niñas, niños y jóvenes un lugar donde esto se transforma y se encuentra algo más:

"Se siente bien tener amigos, antes no tenía, y ahora hasta conozco de otros Semilleros y vine aquí. La primera vez que vine se sintió bien padre. Ya cambió un poco, porque en mi escuela casi no tengo amigos, y aquí tengo muchos”, dice Ángel de 9 años, integrante del Semillero Creativo de Radio en Zacatecas.

"El Semillero Creativo es como mi segundo hogar", confiesa Sofía de 13 años, del Semillero Creativo de Artes visuales en Tepeapulco, Hidalgo.

La llegada de este espacio en sus vidas, en varios de los testimonios del Semillero Creativo de Producción audiovisual en Mérida, Yucatán, también implica dedicar el tiempo en el que solo veían televisión, o estaban encerrados en casa, para encontrar un lugar donde aprenden, hacen amigos y disfrutan crear. Al mismo tiempo, en algunos niños y jóvenes varones supone un cambio radical en su forma de desenvolverse frente a los demás.

Quienes guían los procesos en Semilleros Creativos como docentes, promotoras y promotores saben que las Asambleas son necesarias para que niñez y juventudes tomen un lugar de agencia dentro del Semillero y fuera de sus comunidades de manera informada. 

Las palabras que en esta ocasión han dedicado para hablar de su experiencia en Semilleros Creativos son apenas un atisbo de los efectos que representa tener un lugar seguro donde el arte sirve como una herramienta para crear comunidad.

Finalmente, como expresa Leslie Gisell de 17 años del Semillero Creativo de Artes visuales en Ocuituco, Morelos: "…ha sido una experiencia que marcará mi vida".