Una mirada sobre Tengo un sueño 2023
Como parte del trabajo de reflexión que los Semilleros Creativos llevan a cabo desde 2019, este año su presentación en el Auditorio Nacional en el “Magno evento de Cultura Comunitaria Tengo un sueño 2023 por Guerrero” abordó temas como la relación con la naturaleza, la justicia social, la construcción de paz, los derechos de niñas, niños y jóvenes; y la diversidad y la cultura como herramientas de transformación. Un horizonte que nos interpeló en la medida que hizo evidente la enorme deuda que tenemos con niñas, niños y jóvenes de nuestro país y del mundo para garantizarles un presente y un futuro mejores.
Sin embargo, este espectáculo también mostró, desde un ánimo celebratorio, la trascendencia de Semilleros Creativos en la vida de cada participante que forma parte de estos, de tal manera, que en el último número del repertorio era posible escuchar:
Somos el poder de la cultura
que todo mejora,
que todo lo cura.
Yo soy semilla de pintura,
de canto, de danza, de teatro, ¡de amor!
Mira mi país: parece un campo de semillas
que con el barro y la arcilla
harán un futuro mejor.
De manera muy especial y significativa, las niñas, niños y jóvenes habitaron la escena con la misma seguridad y entusiasmo con el que acuden diariamente a sus Semilleros. Con su presencia hicieron visibles las comunidades que los acogieron y apoyaron para llegar hasta ahí. Desde sus familias, compañeras, compañeros y docentes, hasta el funcionariado e instituciones que hicieron posible su llegada a la Ciudad de México.
No es exagerado decir que el Auditorio Nacional se convirtió, en esta emisión, en un escenario en el que años de constancia y esfuerzo se vieron reflejados en un entrañable espectáculo. Aunque para algunos Semilleros como el de Títeres en Tepotzotlán, Estado de México; Circo en Juventino Rosas, Guanajuato; o Danza, Fotografía y Video en El Barrio de la Soledad, Oaxaca, era la primera vez en un evento como este, su desempeño en la escena tuvo la misma calidad que otros Semilleros que han participado desde 2019.
También para artistas invitadas su presencia en el Auditorio Nacional resultó todo un acontecimiento, como la soprano Morganna Love pues, antes de ella, ninguna mujer transexual había cantado en este espacio. Así, el talento y la belleza de cada una de las interpretaciones dominaron la escena, y parte de lo conmovedor de este evento fue saber que este espacio abrazó territorios e identidades que, durante muchos años, han sido marginados de la vida pública, cultural y artística de nuestro país.
Quienes hemos seguido a través del tiempo el “Magno evento de Cultura Comunitaria Tengo un sueño” pudimos comprobar que, incluso los números que son recurrentes como "Alas (A Malala)" de Arturo Márquez y Lily Márquez, mostraron una hondura particular. Resultado, quizás, de la madurez que ha desarrollado el programa y junto con este, las niñas, niños y jóvenes a los que acompaña. También de un aprendizaje sobre el trabajo colectivo; en ese cuadro escénico tan importante fueron las voces del Semillero Coro Nacional Comunitario, la dirección de Arturo Márquez y el compás riguroso y la fuerza escénica con el que acompañó el Semillero Nacional de Danza.
Las y los jóvenes artistas se entregaron de manera gozosa, plena y desinhibida para mostrarnos, desde diversas expresiones artísticas, la manera en la que entienden y observan el mundo a través de su palabra, sus cuerpos, sus voces, su musicalidad e histrionismo. Una forma de tomar y apropiarse de un escenario al que tienen derecho y que han conquistado con tenacidad, pues nadie de quienes asistimos pudo salir indiferente frente a lo que presenciamos en esta ocasión.
Cuadros como la poesía coral "La piel del corazón", realizada por el Semillero Creativo de José Joaquín Herrera de Ayahualtempa, o el Manifiesto por la paz (escrito en 10 lenguas originarias) eran capaces de llevarnos tanto a momentos dolorosos como refulgentes para mostrar un punto de vista donde, a pesar de la violencia o la discriminación presentes en sus realidades, es posible afirmar, de manera poética, otras alternativas:
Tengo un nombre,
tengo una lengua
y una historia que me da dignidad.
Cuando camino en la milpa,
no hay manera de borrar
lo que los abuelos dijeron,
pues su palabra
suena llena de verdad
(...)
Enséñanos a escuchar nuestras voces
y que todas nuestras lenguas
puedan resonar.
Cuando todos podamos hablar,
cuando juntos podamos caminar,
cuando dejemos atrás las diferencias,
un nuevo canto nacerá.
También, niñas, niños, jóvenes, mujeres y hombres con neurodivergencias que forman parte del Semillero Creativo PIA Armónicos reescribieron y reinterpretaron una letra tan conocida como "La Maza" de Silvio Rodríguez para mostrarnos aquello que los sostiene:
Si no creyera en quien me cuida,
si no creyera en quien me ama,
si no creyera en quien me apoya,
si no creyera en mi familia…
Si no creyera en mi talento,
si no creyera en mi persona,
si no creyera en mis pasiones,
si no creyeras tú en mis sueños…
Música clásica, música popular de distintas regiones de México, canciones de autores como José Alfredo Jiménez fueron los puentes para mostrarnos la diversidad y la complejidad de nuestro país en un diálogo con otras manifestaciones artísticas de diversas épocas y latitudes. Un evento con una vasta mirada sobre el arte y la cultura y, en especial, con una gran sensibilidad para acoger las problemáticas, los deseos, los sueños y perspectivas de toda una generación de niños, niñas y jóvenes que tiene derecho a ser escuchada y atendida.